He leído muchos
libros acerca de la felicidad, he estudiado y practicado tantas cosas en busca
de ella, pero ahora sé que no es un camino largo ni difícil, es un camino de
sanación, aceptación y amor propio. Hoy he comprendido que la felicidad vive
dentro de nosotros y la podemos sentir plenamente, una vez sanemos todas
aquellas cosas que nos han lastimado a diferentes niveles, autoestima,
seguridad, aceptación, entre otras
muchas cosas que vamos cargando a través de nuestra vida.
Es así como en el
camino vamos recogiendo cosas que pesan y hacen más difícil el andar. Pero
cuando empezamos a descargarlas, entendemos lo importante que es no llevar nada
a cuestas, dejarlo, aceptarlo y no aferrarse a eso que debe irse, ya que más
tarde se hace la carga imposible de llevar.
Somos unos
grandes auto-motivadores y motivadores de otros. ¿Qué nos mueve?, ¿qué nos
apasiona?, son preguntas que deberíamos hacernos a diario, desde lo más simple
hasta lo más complejo o grande, empezando por esas pequeñas cosas que nos hacen
feliz. Es así como empezamos a disfrutar de nosotros mismos, de estar en paz en
compañía de nuestro ser, de nuestros propios anhelos y sueños. Cuando nuestro
Yo está en paz se logran muchas cosas, se siente el poder de hacer todo lo que soñamos
y todo nuestro poder creativo se activa.
Esto no se trata
de los demás, se trata de nosotros mismos, se trata de eso tan valioso que
somos, de eso tan poderoso que somos. Contamos con una gran capacidad de auto
sanarnos, auto motivarnos e ir tras la búsqueda de eso que puede ayudarnos, de
esas herramientas que son muchas y que están puestas aquí para trabajar, cerrar
los ojos y sentir, con el corazón y desde el alma eso que hace click con
nosotros y puede ayudarnos.
Y en éste, el
camino de auto sanarnos casi todas las herramientas sirven, y son como un gran
rompecabezas que van formando algo, un SER SANO y hablo aquí de meditaciones,
yoga, biodanza, sazen, Reiki, la religión bien enfocada sin fanatismos, el
psicoanálisis, la psicología transpersonal, Gestalt, Yajé, San Pedro, el Yoga
bio Tantrico, hasta tornear con barro, una caminata ecológica, o reír a
carcajadas hasta llorar.
Todo esto lo
digo porque lo he experimentado, lo he vivido y cada una de estas herramientas
ha hecho grandes aportes en la búsqueda y los encuentros, todos en algún
momento de mi vida han hecho click. A cada persona nos motiva diferentes cosas,
la búsqueda y el encuentro es individual, las herramientas se usan pero sólo
dentro de nosotros está la respuesta a eso que puede sacarnos del estado de “distracción”
y de “impotencia”.
Pero, ¿y qué
hago si no puedo, si siento que esa
sensación es más fuerte que mi propio auto determinamiento?, sólo cuando se
inicia la búsqueda se despierta en mí la voluntad, el ser consciente que existe
algo para hacer por y para mí. Y éste hacer por mí termina favoreciendo a todos
aquellos que nos rodea. Estar SANO implica sentirse feliz, sentir que se puede
dar sin medida, sin agresiones, con respeto, aceptación, sin cuestionamientos y
con amor a todos. Yo lo llamaría el amor
universal.
Si yo sano puedo
ayudar a sanar a los que me rodean, mis amigos, mi familia, mi vecino, e
incluso ¿por qué no?, ayudar en el Transmilenio, a través de mi tranquilidad,
de mi paz, de mi sonrisa, de un gesto amable y comprensivo.
Es así cómo, en estas búsquedas, uno encuentra
personas maravillosas, maestros del dolor y del amor, no podría decir que unos
son mejores que otros, pero aprender de aquellos que enseñan a través del dolor
implica muchas cosas, implica una molestia y grande, implican transformar ese
dolor en amor y esto es un doble trabajo. Sin embargo, a través de ellos se
aprende y una vez, ese dolor se transforma en amor y alegría se llega a una
comprensión más grande del porqué de las cosas, ¿qué me dejan estos maestros
del dolor? ¿Cómo puedo modificar esos mensajes, ese dolor en amor?
Al inicio de mi
vida creí que el mundo se confabulaba contra mí y llegué a pensar que todo lo
malo me pasaba sólo a mí, sin embargo, en el camino comprendí que cada persona
tiene sus procesos, sus aprendizajes. Me dí cuenta que, cosas por las que yo pasé
otros las han vivido, de forma diferente quizás pero finalmente el proceso es
similar.
También encontré
personas que pasaban por procesos que yo ya había resuelto, y pensé que ellos podrían facilitarme a través de sus
experiencias cosas que a mí me hacían falta. Se trata de es un intercambio y así se ha ido creando “la
red”. Una red de apoyo. Este intercambio consiste en enseñarle a otros lo que
yo ya he resuelto y ellos a su vez me ayudan a mí.
Llegar a esta
conclusión ha tomado tiempo y también observación, pues cada persona tiene una
forma diferente de resolver, de entender, de comprender y de actuar y es por
esto que digo que aquí nadie puede decirme cómo debo hacerlo. A esa conclusión
solo yo puedo llegar, quizá usando las formas que otros usan pero haciendo
ajustes acordes a mis necesidades, prioridades o mi propio estilo. Así como me
gusta vestir diferente, usar este u otro color, o prefiero esta u otra comida,
también estoy en la libertad de escoger eso que me ayuda a resolver mis miedos,
mis dudas y todo aquello que nos impide el logro de mis sueños.
Es importante tener
en cuenta además, que no siempre nuestras ideas, nuestros métodos y nuestros
aprendizajes necesariamente aplica a todos. Fluir y permitir con respeto y amor
que los demás fluyan desde lo que les dicta su corazón y si ellos me permiten
compartir mi experiencia pero solo a través de su permisión. CPM